¿Quién inventó el piano?
Al tratarse de un instrumento clásico tan importante no es de extrañar que finalmente te hayas preguntado quién inventó el piano.
Bueno, la invención del piano moderno se le debe a Bartolomeo Cristofori, quien vivía en Padua que formaba parte de la República de Venecia (Italia). Él fue contratado por el príncipe Fernando II de Médici para trabajar como un conservador de instrumentos.
Cristofori fue un experto de clavicémbalos y tenía una gran experiencia en este trabajo, que fue lo que le permitió familiarizarse con las técnicas de fabricación de los instrumentos de cuerda que utilizaban un teclado.
Lo cierto es que hasta ahora se desconoce la fecha exacta en la que en su taller de Florencia construyó su primer piano, pero gracias a un inventario hecho por sus mecenas, según la familia Médici la invención del primer piano fue en el año 1709.
Al ser un instrumento de cuerda que usa un teclado, el piano tiene muchas similitudes con el clavicordio desde un punto de vista organológico; mientras que si lo vemos desde un punto de vista estético-musical podemos decir que es muy parecido al clavecín.
Sin embargo, podemos decir que son tres instrumentos que se diferencian gracias a sus mecanismos de producción de sonido. Por ejemplo, en el clavicordio las curdas son tocadas por pequeñas púas que hace contacto con la cuerda hasta que la tecla se deja de presionar, mientras que en el caso del clavecín las cuerdas son pulsadas utilizando plectros.
En el caso del piano las cuerdas son percutidas utilizando macillos o pequeños martillos, los cuales rebotan de forma inmediata para que la cuerda siga vibrando sin complicaciones, dando un sonido libre.
En realidad, podemos decir que el gran acierto de Cristofori fue encontrar una solución al problema mecánico en el diseño de piano, algo que consiguió usando un macillo de madera recubierto de cuero para golpear la cuerda, pero siendo retirado para que no permaneciera en contacto con la cuerda, como ocurría en los demás instrumentos como el clavicordio.
De esta forma, el hecho de que el mancillo regresará a su posición inicial sin rebotar de forma violenta, además de que se también tenía que permitir repetir una nota de forma rápida. Así, el mecanismo de percusión que fue inventado por Cristofori sirvió como un modelo para una gran cantidad de enfoques para distintas acciones de piano.
Los primeros instrumentos que fueron construidos por Cristofori contaban con cuerdas delgadas que producían un sonido mucho más bajo que el que tienen los pianos modernos. Si se comparaba con el clavicordio, que era el único instrumento anterior que tenía la capacidad de controlar los matices dinámicos por medio de un teclado, eran sonidos notablemente más fuertes que permitían mantener una mejor potencia de sonido.
Uno de los detalles más importantes que se deben de tener en cuenta es que el piano no tenia un sonido metálico y estridente como el clave o clavicordio, sino que en realidad se encargaba de producir un sonido más sostenido y suave, lo que rápidamente paso a ser una de las características más importante del piano.
Los macillos del piano contaban con un sistema de escape por medio del cual se hacia posible variar el volumen y el timbre del sonido producido. De esta forma se podía incrementar la capacidad expresiva de este instrumento, ya que no sólo podía producir sonidos determinados al mismo volumen, tal y como pasaba con sus predecesores.
Es decir, utilizando el piano se podían producir sonidos de más o menos volumen que otros, produciendo así una variación tímbrica bastante interesante. En realidad, todo dependía de la forma en la que se tocara el teclado del piano: ya sea con movimientos bruscos y rápidos para producir sonidos brillantes y de alto volumen; o movimientos apaciguados y lentos para producir sonidos de menos volumen que tuvieran un timbre que fuera más dulce.
De hecho, el mismo Cristofori lo nombró gravicembalo col piano e forte, nombre en el que hacia referencia a la capacidad que tenia de producir sonidos a distintas intensidades según la presión que se aplicaba sobre las teclas. Dependiendo de dicha presión, si se apretaban fuerte se obtenía un sonido más intenso, mientras que si se apretaban suavemente se obtenía un sonido menos intenso.
A lo largo de su vida construyó alrededor de 20 pianos, de los cuales sólo se han conseguido conservar tres, uno de los cuales se puede apreciar en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, el cual fue construido en el año 1720. Sin duda alguna un gran pedazo de historia musical.